Título: Alicia en el Pais de las Maravillas
Editorial: Austral
Precio: 9€
Una tarde, mientras Alicia está aburrida, sentada con su hermana bajo un árbol, ve pasar un conejo blanco vestido con chaleco y mirando su reloj de bolsillo mientras murmura que llega tarde. Alicia se lanza tras él, hasta llegar a su madriguera por donde no duda en introducirse y comienza a caer, y caer, y caer. Cuando la caída termina, Alicia se encuentra en otro mundo, lleno de cosas extrañas, animales parlantes y gente demente que le harán vivir un montón de situaciones de lo más alocadas.
Creo que a estas alturas de la vida todos conocemos la historia de Alicia, por lo menos la que creó Lewis Carroll para su historia de mayor éxito Alice in Wonderland (Alicia en el País de las Maravillas) y su continuación Alice through the looking glass (Alicia a través del espejo), por lo que dudo que nada de lo que pueda contar tome a nadie por sorpresa.
Es una novela en la que me costó un poco entrar (sobre todo
porque no soportaba a Alicia) pero una vez dentro, me he dejado embaucar por
sus páginas. Leer esta novela es un viaje en el tiempo. La sensación de saber
todo, de conocerlo todo podría haber hecho que dejara de leer y ha provocado lo
contrario, que quisiera leer más.
Sobre Alicia, es una niña de la época, educada por institutrices
en casa, y con un ego del tamaño de la catedral de Westminster. Es un personaje
que en muchas ocasiones se convierte en insoportable. A lo largo de la novela
tiene conversaciones consigo misma, se alaba a sí misma, discute con ella misma,
y se auto-regaña. Una joya, vamos. De todos los personajes, se presenta como la
única que podría estar en su sano juicio en la novela, y no, entre todo lo que
piensa y todo lo que hace, vamos descubriendo que muy cuerda no está tampoco.
Se nota que le tengo simpatía.
Alicia en el País de las Maravillas está plagada de
personajes y escenas míticas que todos conocemos, aunque sea por la película
de la factoría Disney, como son El Sombrerero Loco, La Liebre de Marzo, El Gato
Cheshire o La Reina de Corazones. El hecho de conocer estos personajes de antemano, despierta en ti un cariño de niñez, y una agradable sensación de deja-vù te
envuelve durante todo el relato. Es algo que te hace disfrutar aún más de la
historia. Es como un reencuentro.
Un punto a favor es que cada capítulo engloba una aventura diferente con distintos personajes, lo que proporciona muchísimo dinamismo a la acción. Si bien no hay una línea principal, sino doce diferentes (una por capítulo) la lectura se hace amena porque conocemos El País de las Maravillas desde los ojos de Alicia, lo experimentamos todo de primeras con ella, lo que consigue que acabes sumergido de lleno en la historia.
Como bonus, si tenéis u os hacéis con una edición antigua de
la novela, podréis disfrutar de las espectaculares ilustraciones originales que
se hicieron para la obra. La versión de Alianza Editorial de los años 90 (la
mía) es una de las que recoge estos dibujos en su versión blanco y negro. Te
hace sentir como si fueras un niño el siglo XIX que coge por primera vez un
libro.
A pesar de que es una novela que me ha hecho disfrutar bastante, los esperpentos de Carroll, y el personaje de Alicia no me terminaron de convencer. Además el tardar por lo menos dos capítulos en entrar del todo en la historia le fue restando puntos hasta dejarla en una puntuación de 3.5.
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